fecha improbable de parto…

Creo que ya he agotado todo lo que me fue sucediendo durante el embarazo, por eso pienso que ha llegado el momento de que os cuente como fue el final.

Para empezar he de decir que cosas técnicas no voy a contar muchas, que cada parto es un mundo y que cada una cuenta las cosas como le van, pero seguramente a quien me lea le va a servir más bien de poco.

Para las partes técnicas recomiendo la lectura de cualquier libro especialista en el tema o pinchar aquí en el siguiente enlace y nuestra amiga la wikipedia os contará las cosas más técnicas (http://es.wikipedia.org/wiki/Parto)-

Ahora ya, empezaré con mi propia experiencia…

En la primera visita que tuve con la matrona, cuando me preguntó la fecha de mi última regla, y con (lo que yo pensaba que era un circulito mágico) me predijo la fecha del parto, ella lo llamó «fecha probable de parto» y era justo el día que cumpliría 40 semanas.

El 19 de junio de 2012, me dijo. Lo que no me contó es que solo un 5% de bebés nacen ese día, de hecho yo creo que ese 5% han de ser niños perfeccionistas o algo, porque lo normal es, o que se retrase o que se adelante, ¡que no hay que ser pedante o tan obediente y nacer ese día! De todas maneras, lo que todas queremos es que si el bebé es de grandes dimensiones se adelante un poquito, y sino puestos a pedir, que se nos retrase lo máximo, pues según todos los estudios los bebés nacen más sonrosados y dicen que hasta espabilados, ya que donde mejor están, si todo va bien, es en nuestra barriga.

En mi caso y sabiendo que nacería probablemente a mediados de junio, fui a la obstetra y me dijo «la niña está encajada (osea que se había dado la vuelta y estaba colocada para su salida a escena) según las medidas, viene grande y su peso estimado es de 3,700kg».

Que fuera grande era normal, puesto que ni su papá ni yo somos pequeños, pero al estar encajada y con esa información pensé, «igual se adelanta». Se lo dijimos a nuestros amigos y familia, y empezaron las apuestas.

Todo esto, el calor que empezó a hacer (pues en valencia normalmente el verano es caluroso, pero para mi que este año se adelantaron las altas temperaturas) mi estado de gestación avanzadísimo, que aún te hace tener mucho más calor que el real, las ganas de ver a la niña y tenerla en mis brazos, y que poner un pie en el suelo hacía que se me hincharan los tobillos con muchísima facilidad (la retención de liquídos) me hizo desear que la niña no tardara demasiado, es más ¡si se adelantaba mejor!.

Durante estas semanas (estoy hablando del periodo comprendido entre la semana 38 y la 42) cogí la baja, pues todo el cuerpo me dolía y empezaron también unas contracciones, que no son las del parto, que dicen que no duelen, pero en eso puedo discrepar, y que sólo hacen que prepararnos para el día D, son las contracciones de Braxton Hicks.

Así que con mucha menos energía de la que había disfrutado en el segundo trimestre del embarazo y con muchas preocupaciones, sobre todo porque por mucho que preguntara como sería el proceso no lo había vivido nunca, y eso me daba miedo, y otras preocupaciones, ya relacionadas con el momento que se produciría después, me dediqué a esperar… y a esperar… y a esperar…

Pues como habréis adivinado no solo no nació el día de la fecha improbable del parto, ni se adelantó, sino que se quedó unas cuantas semanas más (hasta la 42).

A partir del día 19 de junio, cuando ya estás de 40 semanas tienes citas con el hospital de día para ver si tienes contracciones y como está el líquido de la placenta y tu bebé. Pues si el proceso de parto no comienza, pero el bebé corre algún peligro, te provocan el parto y punto. Pero si todo va bien y no hay movimientos (como fue mi caso) llega un día en el que te dicen que acudas al hospital y como mucho en dos días tienes a tu bebé en tus brazos. 290 días de embarazo para ser exactos o 42 semanas.

Y así nos encaminamos al hospital un jueves 28 de junio con nuestra mochila para estar en el paritorio (ver la anterior entrada) y la maleta para la estancia en el hospital, que se quedaría en el maletero hasta que nos subieran a la habitación.

Como anécdota os contaré, que mi coche, precioso y con 2 añitos de edad, a la salida del pueblo dirección «Hospital la Fe» se quedó sin batería y se bloqueó totalmente, así que llamamos a la policía local y muy amablemente se hicieron cargo del coche, que venía la grúa a por él, y mi padre nos llevó hasta el coche de Moisés y con él, ya por fin, llegamos al hospital.

Allí me exploraron, me colocaron una vía, vieron que «estaba muy verde» vamos que aún estaba todo el cuello del útero y nada de dilatación, y me ingresaron en la sala de dilatación.

En esa sala me pusieron una especie de tampón pequeño de progesterona (hormona necesaria para empezar la dilatación) me enchufaron los monitores, y me dijeron: «paciencia, hoy no creemos que pase nada, así que si necesitas algo, avisa»

Y así fue, pasamos el día leyendo, hablando, jugando a las cartas y del momento del parto ¡nada! Así que me dieron una habitación para cenar, intentar dormir y a la mañana siguiente ya me bajarían al paritorio para que si o si, ese día naciera nuestra pequeña.

La bajada al paritorio fue el día 29 de junio a las 8:00h, con la suerte que de matrona me pudo atender la madre de una compañera del cole y vecina de mi iaia de toda la vida, así que estuvimos mejor que quisimos.

Nada más bajarme empezaron a rellenar papeles, para la niña y para empezar lo que se llama «plan del parto», donde contemplan cosas como, si quieres una lavativa o si querrás la epidural cuando sea el momento propicio para administrarla.

A mi la matrona me dijo que no me lo pensara, que el parto iba a ser lento y si decía que no a la epidura,l seguro, sufriría mucho y no era necesario, yo de todas maneras tenía claro que la epidural la iba a querer, pues el dolor no es algo que lleve bien.

Así que oxitocina a tope (la hormona que provoca las contracciones) muchas horas, 17, y después de un día muy duro con dolor, que se fue después de la epidural. A las 00:45h del dia 30 de junio, por fin, ¡tuve a mi pequeña encima de mi!.

Como fue un parto instrumentalizado (usaron las palas para abrir más y que saliera la niña) en el momento de la expulsión estuve sola en el paritorio con unos cuantos médicos, pediatras y otra gente con batas que entró para ayudar.

Pero Moisés se tuvo que salir y entró enseguida para conocer a nuestra pequeña.

Por mi parte hoy lo pienso y solo puedo recordar esa gran sensación de tener a mi niña conmigo, era la cosa más bonita que había visto jamás, y sentí la mayor emoción de mi vida. Sensación que volví a sentir minutos después, cuando por fin la pudo coger su papá.

Y es que a partir de ese momento comenzaría a ser lo que dice el título de este blog, una MADRE NOVATA, con muchas cosas que aprender y vivir.

Ultimando los detalles

Entre arreglar la habitación para el bebé, ir adquiriendo ropa (sin volverse muy loca que el embarazo es algo transitorio) y pensar en las cosas que nos deberíamos llevar al hospital, tanto para nosotras como para el bebé y bueno, para nuestra pareja, si realmente no queremos que tenga que salir mucho del hospital.

Y aunque, parezca mentira, nos plantamos en las semanas en las que el parto empieza a ser más que probable, ya que tanto se puede adelantar como retrasar. Vamos que todas tenemos la «fecha probable de parto» pero no esperéis que el bebé nazca ese día, pues solo lo hacen un 5% de los bebes y yo creo que por equivocación.

Lo normal es que el parto se produzca entre la semana 37 a la 42 cumplidas (si no se da un parto prematuro), así que por lo general y para que no te pille desprevenida yo te recomiendo que sobre la semana 35 tengas a punto la maleta para ir al hospital.

Las cosas que has de llevar cambian en función de si el hospital es de gestión pública o privada. En mi caso, nunca tuve dudas, a la pública, que, mientras siga existiendo en este país podemos decir muy alto que es la sanidad más completa con mejores profesionales, en la que (hablo por mi experiencia) ni a ti ni a tu bebé os va a faltar de nada.

Así que si optáis por la pública cosas como un camisón viejo para el momento del parto, pijamas para ti y tu bebé o pañales y compresas de maternidad durante tu estancia allí no te van a hacer falta, pues el hospital te lo proporcionará.

Ahora os contaré como me organicé yo, espero que os sirva y si veis que me dejé algo, por lo que pueda pasar, ¡completármelo!

Yo hice 2 bolsas.

La primera era una bolsa ligera pues cuando te ingresan bien sea porque el proceso del parto ha empezado, o como en mi caso, para inducírmelo, no sabes cuanto tiempo va a durar y puede que estés unas cuantas horas en la fase de borrado y dilatación, y lo primero que hacen al ingresarte es quitarte la ropa que llevas de calle y ponerte un camisón (en el caso de la privada te pones el camisón que llevas en tu bolsa) y a partir de ese momento tu acompañante arrastrará la bolsa allá por donde os vayan llevando, por ese motivo en esa bolsa llevaba:

  • una revista para mi y otra para mi pareja (que fue la persona que elegí como acompañante)
  • una baraja de cartas
  • una pequeña bolsa de aseo con toallitas, cepillo de dientes y pasta y un vaporizador con agua para refrescarme
  • mucho espacio libre para la ropa que me quité.

Esa fue la bolsa que gasté desde el momento que ingresé y empecé a dilatar hasta que me subieron a la habitación después del parto.

La otra bolsa si que era la que comúnmente llamamos «maleta para el hospital», hay que pensar que si es un parto normal en 2 días estaremos fuera y si es cesárea en 3 o 4. Así que en esa maleta fue donde preparé las cosas para todos hasta el momento de salir del hospital:

Cosas que puse para mi:

  • Zapatillas para moverme por la habitación
  • 2-3 sujetadores de lactancia
  • Braguitas viejas y anchas
  • Compresas post-parto (para el momento de la salida, pues cuando te dan el alta puedes necesitar llevar encima)
  •  Discos de lactancia
  • Crema para los pezones (después de padecer de grietas recomiendo mucho «purelan» de medela)
  • Ropa para volver a casa.

Cosas que puse para mi pareja:

  • Cepillo de dientes y otras cosas de aseo, como gomina o las gafas y el bote para las lentillas.
  • ropa interior para 3 días
  • 3 camisetas de algodón
  • Un conjunto de ropa deportiva
  • Zapatillas para moverse por la habitación

Cosas para el bebé:

  • Arrullo
  • Un par de pañales, por si a la salida nos hubieran hecho falta
  • Toallitas
  • 2 monitos
  • 2 conjuntos para salir del hospital (uno era por si acaso le hubiera pasado algo a la primera opción)

Otras cosas:

  • cargador del móvil
  • cámara de fotos
  • Cartilla del embarazo, cosa muy importante, pues sin ella no te van a poder atender en el hospital, ya que ahí llevamos el seguimiento de todo el embarazo y dentro grapados los resultados de los últimos análisis, imprescindibles si te han de poner la epidural.

Tengo que decir que el momento de mi parto fue en verano, por lo que en una maleta pequeña (con ruedas, eso sí) lo pude meter todo, la verdad es que supongo que en invierno cambiará un poco más pero solo porque la ropa abulta más.

Una vez hecha la maleta, nosotros siempre la tuvimos en la puerta de casa y mientras esperábamos (cosa que hicimos bastante pues en la semana 42 mi pequeña seguía muy bien en la barriga y no tenía muchas ganas de salir) me dediqué a hacer los ejercicios de preparación al parto, los que sirven para facilitar la circulación y los respiratorios. A comer chocolate y a caminar muchísimo, para ver si así ayudaba un poco a que empezara el parto.

Pero como ya he dicho, en mi caso fue otra historia que contaré en otra entrada 😉

 

Imágenes para el recuerdo

Llegada la semana 31, es un buen momento para sacar imágenes para que recuerdes siempre el embarazo.

Hay distintas opciones para hacer, pero claro igual tienes que elegir pues, supongo que como todo, depende de tu presupuesto.

Empezaré por las imágenes de tu bebé, existe la posibilidad de hacerte la ecografía 4D, una ecografía que no entra dentro de las ecografías de diagnóstico (osea que no la cubre la seguridad social, ni se hace en los hospitales) pero en la que ya ves las expresiones de tu bebé unas pocas semanas antes de nacer, y la verdad es que ¡impresiona!.

Éstas ecografías emocionales se pueden hacer durante todo el embarazo, entre las semanas 18 a 22, será para que te digan el sexo del bebé y hasta la semana 31 (pues más adelante el bebé ya es demasiado grande y no se vería completo) verás todos los rasgos y sus expresiones dentro del vientre materno, dependiendo del sitio donde te lo hagan el precio varia, además también tienen ofertas con distintos paquetes de ecografías, pero vamos, la sesión viene a rondar los 90- 100€.

Os dejo el link de dos de los sitios donde se hacen estas ecografías en valencia:

http://www.ecobaby4d.es/

http://www.ecox4d.com/ecografias_3d_4d_bebes-precios.html

Pero si eres una madre paciente y puedes aguantar la espera, puedes optar por hacerte las fotos a la barriga por fuera, y ya que estás hacértelas de buena calidad, pues no se vosotras, pero yo eso de estar embarazada no es algo que piense estarlo muchas veces más.

Así que, nosotros optamos por hacernos una sesión de fotos de estudio, la cual nos hubiera costado 50€ por una hora y el retoque e impresión de 5 fotos (la sesión entera tenía un poco más de coste pero era factible) aunque nuestra fotógrafa tenía además unos paquetes «bebe chic» que nos interesó mucho más, puesto que durante el año le vamos a ir haciendo fotos a la niña y luego tendremos un cuadro de expresiones para la pared, un álbum y las 5 sesiones de fotos.

de la sesión de fotos en el embarazo

de la sesión de fotos en el embarazo

Bueno, estas son las imágenes para el recuerdo que podríais haceros sobre la semana 31, espero que os haya ayudado

¿y vosotras, cuál os haríais o os habéis hecho?

tic, tac, tic, tac…

Estamos en la recta final del año, y espero que de la redacción de ese tiempo, para mi, interminable, EL EMBARAZO.

Creo que he intentado recordar todo lo que me pasó, siempre teniendo claro, que en realidad fue un tiempo lento, pero maravilloso, sin demasiadas molestias, o al menos nada que no fuera normal.

Palabra que empezó a acompañarme en mi primera consulta a la matrona y que aún hoy, con mi niña de 5 meses, me sigue acompañando, pues, parece, ¡y menos mal! que todo lo que nos ha ido pasando es del todo normal, así que como soy un despiste (y más desde hace un año) yo me he ido apuntando dudas, algunas las he compartido y otras simplemente eran normales.

Para continuar, diré que, más o menos hacia la semana 30 la barriga ya es considerable, por lo que estar mucho tiempo en cualquier posición, comienza a ser complicado.

Así que imagínate esa mala costumbre que tenemos de dormir, entre que tienes que levantarte a hacer pis un trillón de veces, y que ya te puedes poner como quieras que estás incómoda, es misión imposible, por eso, yo harta de no poder dormir (y teniendo en cuenta que si no duermo no valgo nada de nada) me levanté y dije «¡a por el cojín de lactancia!» o churro como le bautizó mi pareja.

Se trata de un cojín que colocado bajo de tu barriga y entre las piernas te facilita mucho el sueño y aunque no hace falta que sea ese cojín, nosotros nos lo compramos para empezar a gastarlo en el embarazo y luego para dar de mamar a la pequeña o simplemente para dejarla sobre él cuando era muy pequeña y que no se moviera.

Y como nosotros somos bastante mirados con eso de la calidad-precio, dedicamos un día a ir a tiendas especializadas y otras grandes superficies de renombre. Así que puedo decir que están en las tiendas desde 60 a 120€, solo por comprar en un sitio u otro.

Por ese motivo y porque me parece que hoy en día es mejor comprar en el pequeño comercio diré que el que era de mejor calidad y a 50€ lo encontramos en «nano petano» tienda de Alboraia (Valencia). Creo que ya he hablado de esa tienda, enserio, no me llevo comisión, pero tiene de todo, el trato es genial y los precios son muy competitivos. ¡Ahí lo dejo!

OLYMPUS DIGITAL CAMERAPor otra parte y para seguir con la semana 30 de embarazo, decir, que si todo ha ido bien, y no pasa nada, será sobre esta semana, que empecéis, tu y tu pareja, la preparación al parto.

Seguramente en tu centro de salud tendrás un taller al que acudir, sino pídele a la matrona consejo sobre donde se imparten, horarios y temas que van a tratar.

Reserva tu plaza, y acude cada día de clase con la persona que hayas elegido para que te acompañe en el momento del parto, pues el objetivo de estas sesiones es prepararos de un punto de vista psicológico y práctico para el momento del parto, y mucho más importante de la que se os viene encima a partir de ese momento, pues como dijo la matrona el primer día «el parto es un mero trámite, lo que interesa es la nueva familia que se forma en ese momento».

Además las clases están llenas de padres primerizos, y compartir dudas y pensamientos ayuda bastante.

Os diré que en esas sesiones se tratan temas (muy ilustrados y completos) que van desde la concepción del embrión, el periodo de espera «embarazo», las contracciones y el parto, la lactancia, la formación de la nueva familia y la incorporación al trabajo.

Y si tenéis suerte, también tendréis visitas de representantes de productos para el bebé, canastillas gratuitas y hasta puede que publicidad de la ecografía 4D y un sorteo de una sesión, como nos pasó a nosotros.

 

 

Y esperando, esperando…llega la recta final

Entre arreglos, citas con los distintos médicos, pensar e ir recopilando todo lo necesario…¡por fin llega el tercer trimestre! en la semana 28 entramos de lleno es esa recta final. En ese momento te parecerá que llevas una vida embarazada, pero ¡tranquila! el final llegará y ¡será genial!.

Para no pintarlo todo súper bonito, que en realidad si todo va bien, lo es. Tengo que decir que pueden aparecer algunas molestias, además de esos temores por el momento del parto que creo que todas arrastramos desde el principio, pero que en este punto empiezan a crecer, temores que empezaremos a entender y a compartir en las sesiones de preparación al parto, que empieza sobre la semana 30 y que no desaparecerán hasta que tengamos a nuestra criatura en nuestros brazos, yo como madre novata pero que ya ha pasado ese momento me sumo al «no os preocupéis, cada parto es distinto, la experiencia de las demás no nos vale y el dolor, ¡se olvida!».

Bueno a lo que iba, algunos fastidios del tercer trimestre:

Podemos encontrarnos con la sensación de Ardor de estómago, que es una sensación de ardor que percibes detrás del esternón, algunas veces acompañada del sabor propio de las regurgitaciones y de acidez de estómago. Tranquilas que de esto el bebé ni se entera y ocurre por los altos niveles de progesterona propios del embarazo, que relajan los músculos y la válvula muscular situada entre el estómago y el esófago y por tanto los ácidos del estómago penetran en el esófago y algunas veces llegan a la boca. No sirve de nada que más adelante el útero empuje al estómago y lo desplace hacia arriba.

Para aliviarte el ardor, puedes:

  • Hacer varias comidas al día y comer despacio.
  • Evitar los alimentos con muchas especias o aliños, los fritos, los productos grasos, el chocolate, el café, las bebidas con gas, la menta y la hierbabuena y cualquier cosa con  muchos aditivos químicos (vamos dieta sana y pasando del allioli)
  • No te pongas nada que oprima tu barriga.
  • No te dobles en el sofá para no aplastar la barriga, e inclínate flexionando las rodillas para coger las cosas del suelo.
  • Si tumbada notas más ardor, prueba a elevar la cabeza al menos 15cm con almohadas.
  • Intenta no engordar demasiado.
  • No fumes (no deberías fumar jamás, pero menos embarazada)
  • Prueba alimentos como la leche y el yogur, que ayudan a neutralizar el ácido del estómago.
  • Si nada de esto te sirve, pide al médico algún antiácido que puedas tomar durante el embarazo (evita los preparados con sodio o bicarbonato sódico)

Otra molestia que puede aparecer es el Dolor de espalda. Ocurre porque la progesterona y la relaxina relajan los ligamentos y las articulaciones de la columna vertebral y alrededor de la pelvis. Esto prepara las cosas para el parto, pero dificulta la adopción de una buena postura, sobre todo cuando el peso del bebé presiona sobre la parte inferior de la espalda, debilita los músculos del abdomen y empuja la columna hacia delante.

Los dolores lumbar y de piernas pueden deberse a la presión del útero creciente sobre el nervio ciático. Estas molestias pueden desaparecer cuando el bebé cambia de posición. Si son muy fuertes tendrás que permanecer en la cama durante un periodo largo y eso no es tan divertido.

Cosas que puedes hacer para aliviar ese dolor:

  • No estar ni mucho rato sentada ni de pie. Cuando estés de pie, bascula la pelvis hacia delante para meter un poco el culo y echa los hombros hacia atrás. Sentada, apóyate bien en el respaldo y pon las piernas sobre otra silla, si dispones de ella.
  • Haz los estiramientos que te recomiende tu fisioterapeuta.
  • Lleva zapato plano y bien sujetos.
  • Evita los movimientos de giro.
  • Para llevar cosas al suelo, flexiona las rodillas.
  • Visita a un fisioterapeuta, esto si no lo tienes durante el embarazo, es el momento de conseguir uno, y si puedes que sea también osteópata, pues existen tratamientos de liberación de la pelvis y de hormonas que hacen en las últimas semanas de embarazo, que ya os digo que funcionan.
  • Date baños relajantes.

Otro problemilla que aparece, pero tranquilas, es totalmente normal, es la Inflamación y retención de líquidos.

Suele ser más marcada en los dedos, piernas, tobillos y pies, se produce porque el cuerpo retiene más líquidos durante el embarazo.

Parte de esa inflamación y retención es normal y no causa más que una ligera molestia. No obstante, si te sientes excesivamente hinchada durante más de 24 horas seguidas, debes consultar con el obstetra. Puede ser algo normal, pero también un indicio de preeclampsia.

Todo eso sucede porque los cambios hormonales pueden provocar que los riñones no eliminen el sodio, lo que produce la retención de líquidos. Así hay más líquido en el cuerpo para mantener el nivel de líquido amniótico e incrementar la proporción de agua de la sangre, algo que ayuda a los riñones a eliminar los residuos.

El tiempo cálido, estar mucho tiempo de pie o sentada y la hipertensión, son las causas más comunes de la inflamación. También es más frecuente al final del día, porque el líquido se va depositando en los tobillos y los pies (culpa de la gravedad).

Por las mañanas notarás más inflamación los párpados y en la mandíbula. Y todos éstos síntomas, son mucho más probables si tienes sobrepeso o un embarazo múltiple.

Cosas que hacer para combatir esto:

  • Siéntate con as piernas elevadas a una altura que forme un ángulo mayor de 90º con el suelo; o mejor, túmbate sobre el costado izquierdo o boca arriba apoyándote en un almohadón para que la espalda esté inclinada 10º como mínimo.
  • Ponte calzado cómodo.
  • Evita calcetines o medias con topes elásticos.
  • Come sin sal.
  • Bebe mucha agua para eliminar residuos.
  • Si se te hinchan los dedos, sácate los anillos antes de que te aprieten mucho.

Existen otras pruebas posibles que te pueden hacer como la de la diabetes gestacional, el estreptococo del grupo B (GBS) o la de la anemia.

Todo este post lo publico con mis anotaciones y con la ayuda del libro «embarazada» de Kaz Cooke, que yo todas las cosas como lo dicen los médico no las se.

Toda la intendencia previa que hay que preparar, y parecía poca cosa…

Durante el segundo y tercer trimestre a TODAS nos encanta empezar a arreglar todas las cositas para el bebé, pienso que por muchos motivos, porque ya lo sientes y quieres tener «el nido» a punto, porque de normal ya sabes lo que es y por que no, para matar el tiempo, que parece que durante el embarazo no avance ni empujándolo.

Lo primero que solemos acondicionar es SU HABITACIÓN, hay muchas cosas que hacer, que si pintar la habitación, cortinas, muebles… Tengo que decir que nosotros fuimos mucho más allá y como vivíamos en un estudio muy pequeño, en vista de toda la intendencia que tendríamos que preparar para la niña, directamente miramos una casa un poco más grande.

Respecto a los muebles, y pensando en los días que estamos viviendo, que no está la cosa como para ir cambiándolos cada 2-3 años, la mayoría de parejas optan por los cuartos convertibles, que primero tienen su cuna y cambiador, y cuando sea el niño más mayor se convierte en cama con escritorio. Todo muy práctico.

convertible de mesquemobles

Nosotros optamos por aceptar de muy buen agrado los muebles que había utilizado antes una prima, son geniales, están prácticamente nuevos y nos hacen el mejor de los papeles, así cuando la niña crezca, directamente le compraremos su habitación de mayor.

Ahora pasaré a enumerar la de cosas que necesita en su habitación y que son útiles no, lo siguiente:

  • La cuna.
  • El cambiador.
  • Un buen armario (además la nuestra tiene una cómoda, pues tiene más ropa que nosotros dos juntos)
  • La hamaquita .
  • Una bañera especial, o un adaptador.
  • Un buen sillón, butaca de lactancia, con su cojín de lactancia que ya en el embarazo nos vendrá genial para dormir sujetando nuestra gran barriga.
  • El carro de paseo, con su grupo 0, el maxi-cosi y la silla de paseo.
  • La trona.
  • Adaptador para el baño, para cuando le quitemos el pañal.

 

Y seguro que me dejo muchísimas cosas, solo de muebles básicos.

Yo después de mi experiencia, pienso que deberíamos aprovechar TODO lo que nos puedan prestar, pues los bebés crecen muy rápido y prácticamente no desgastan nada.

Así que voy a darle las gracias especialmente desde aquí a la prima de Moisés la que nos lo dejó todo.

¡No veas lo bien que nos viene todo!

Aunque claro siempre nos hace ilusión ir a comprar alguna cosa, o a alguien hacernos algún regalo, así que, yo no dudaría en ir a una tienda especializada, pedir una lista de todo lo necesario (lista de nacimiento le llaman) y si hay algo que os haga falta ir pidiéndolo a amigos, padres, tios, abuelos, vamos, a todos los que os quieran hacer algún detalle util.

nuestro cambiador.

muy útil el Ikea.

Y si estoy enferma, ¿qué hago?

La verdad es que poco puedes hacer, tanto si estás embarazada como si estas con la lactancia materna, como mucho los médicos te dirán: «si te encuentras muy mal y te duele la cabeza, puedes tomarte paracetamol, ¡pero tampoco abuses!».

Creo que por eso suelen decir, si te constipas ya no te lo vas a quitar en todo el embarazo.

Eso tampoco es así, no nos podemos tomar nada, bien, pero podemos recurrir a nuestra madre naturaleza, y si nos duele la garganta hacernos miel con limón calentita (esto si te lo prepara tu madre cura al instante), si estamos congestionadas y no podemos respirar, vahos de eucalipto (a la vieja usanza, cazuelita y toalla por encima de la cabeza, ¡no falla!).

Pero como en todo, más vale prevenir que curar, por eso dicen que hay que alimentarse bien y tomar muchísima vitamina C, así que con este tiempo y si no quieres caer muy rápido, zumito de naranja natural TODOS LOS DÍAS.

Tengo que decir que hago esta entrada, porque ni cuidándome lo he podido evitar, ¡siempre caigo! vale que mi trabajo ayuda, ser profe y estar embarazada o, como es mi caso dando el pecho, no ayuda para no caer, y esta semana he estado con una gripe de aupa, así que claro mi pequeña ha caído, y claro eso ya es más difícil de llevar.

De todas maneras y, siendo un grupo delicado, a la mínima que os encontréis mal, hay que acudir al médico, aunque sea para deciros «paracetamol y mucha vitamina C».

Te quedas más tranquila.

Y ahora para completar este máster en medicina natural os invito a poner vuestros remedios caseros para cualquier dolencia.

¡Muchas grácias!

De másters va el asunto

Desde que te quedas embarazada hasta el momento del parto, podríamos decir que hacemos como 3 masters seguro.

El primero es aprender a contar, ya he comentado que no es una cosa normal.

Luego todas pasamos por la elección del carrito, y como no, ese es un master de nivel.

Para empezar has de saber que como todos los vehículos, hay gamas.

 Por eso hay carritos desde 100-200€ hasta lo que te quieras gastar.  En nuestro caso, el carrito fue un regalo de mi prima, y después de ver desde el carrito más endeble hasta el más sofisticado… decidimos que nuestro presupuesto era de nivel medio, que ya son carritos estupendos, con garantía y muy buenos.

Luego has de buscar, no un todo-terreno, pero si un carro que se acople bien a las superficies, que sea ligero, que tenga el apaño que necesitas, que el color te guste, que sea seguro para tu bebé y en nuestro caso, que el plegado fuera sencillo y además que ocupara poco espacio, pues mi coche es precioso pero no está pensado para llevar bebés, así que su maletero es bastante minúsculo.

Tengo que decir que la búsqueda no fue fácil y como no es cuestión de tirar el dinero, había que mirar bien por muchas tiendas y comparar.

Por fin, al final encontramos la tienda en que la atención fue perfecta (nos explicó muy bien y muchas veces como funcionaba el carrito) y el precio entraba dentro de nuestro presupuesto.

Que conste que no me pagan por hacer publicidad de ninguna tienda, pero he de decir que en las grandes superficies parece que has de saber tu más que el vendedor, y a mi eso no me gustó. Por eso y por su trato os voy a recomendar que paséis por la tienda donde compramos el carrito y alguna funda para protegerlo, se trata de NANO PETANO, en alboraya, y de verdad tanto el trato como los precios son muy competitivos.

Y como no solo con un máster tendríamos bastante, también hay que saber de medicina natural, por si acaso te costipas, de decoración, de seguridad, de moda con sus tallas y materiales, vamos un mundo que me puede llevar de explicar un par o tres de entradas.

¡Hasta la próxima!

Ese alguien tan necesario…

Llevo unos cuantos días contando mis pensamientos, las cosas que me pasaron, vamos, mis propios recuerdos.

Pero claro, a mi lado y oficialmente sin barriga, pero igual de embarazado que yo, y siempre en ese segundo plano tan necesario, ha estado mi pareja, Moisés, siempre pendiente de que no me faltara nada, de asistir conmigo a todas las pruebas,vamos, de preocuparse de que todo estuviera en orden.

Por todo ello y por todos ellos he recopilado unas cuantas lecturas, algunas más entretenidas, otras más ilustrativas, que van dirigidas en exclusiva para ellos, aunque los hombres pueden leer también los libros normales y otras cosas dirigidas a las madres. Pues si en el embarazo pasan a un segundo plano, después cuando su bebé nace, su plano pasa a estar un poco más lejano.

  •  Cómo ser padre primerizo y no morir en el intento, Frank Blanco, Aguilar, 2012.

Frank Blanco, que recientemente se ha estrenado como padre, explica en Cómo ser padre primerizo y no morir en el intento en clave de humor y con un estilo repleto de guiños irónicos cómo es ser hombre y padre y lidiar con un bebé al que no entiendes y que de pronto empieza a colonizar tu vida. Una propuesta innovadora que pone el foco en la figura del padre a la hora de encargarse de los cuidados de su bebé: cambiar pañales, dormir 15 minutos al día entre tomas, la elección del carrito, la sillita del coche, los llantos, etcétera.

  • Condición de padre, Joan Barril, Madrid, Aguilar, 1997.

Se ha hablado mucho de la maternidad. Pero ¿y del padre? ¿Qué relaciones se establecen entre el padre y el hijo recién nacido? En este libro, Joan Barril pasa revista a cada uno de los momentos y situaciones en que el padre ha de enfrentarse a una realidad que le es absolutamente nueva y desconcertante desde que le dicen “ten, cógelo” y le ponen por primera vez aquella materia viva en las manos.

El autor nos descubre qué piensa y qué hace el padre ante las sucesivas sorpresas que le depara el niño o la niña que acaba de irrumpir en su vida. Con una prosa en la que la sensibilidad se adereza con la sal de la ironía, muestra la nueva dimensión de las noches en vela, la aparición de una ternura inédita, el aprendizaje de gestos, miradas y palabras. Y el padre crece mientras el hijo crece, hasta que aquella criatura se atreve a decirle un día: “no tienes razón”. Una mirada innovadora sobre un tema tan apasionante como poco explorado.

  • Crio a mi hijo, Laurence Pernoud, Vergara, 2000.

Todas las preguntas que surgen desde el nacimiento hasta la escuela tienen respuesta en este libro. Sabrás lo que le gusta a un bebé de 1 a 4 meses, o que es normal que a los 9 arroje un objeto lo más lejos posible no para molestar sino para ver dónde cae, que a los 15 meses toque todo y corra por todas partes.

  • Ella ha tenido un bebé, ¡y a mi me va a dar algo!, James Douglas Barron, Urano, 2000.

Una guía para el que acaba de convertirse en padre. El autor de este libro se dirige de forma divertida y amena a los que como él han sido padres. Los consejos que aparecen en sus páginas proceden de la experiencia vivida por el propio autor. No intentes encontrar en este libro ningún consejo médico.

  • Manual práctico para padres novatos, Frances William, Salvat, 1996.

Este libro perfectamente ilustrado te enseñará a hacer más fáciles las tareas del cuidado de tu bebé. Lo más destacable es su diseño con espiral que te permitirá consultarlo mientras cambias un pañal o das la papilla.

  • Padres hoy, Miriam Stoppard, Vergara, 1998.

Dirigido a los padres primerizos, analiza de qué manera la paternidad modifica la vida en común y ofrece una valiosa ayuda para mantener la plenitud de la relación de pareja.

  • Tu hijo, Benjamin Spock, Vergara, 1989.

Con inteligentes consejos y precisa información, esta guía cubre todo lo que los padres necesitaréis saber desde el nacimiento del bebé hasta su adolescencia. Un libro imprescindible, traducido a 39 idiomas, que podría calificarse como el mejor de su género.

Espero que las lecturas os ayuden, y una vez más y públicamente solo me falta dar las gracias a, para mi, el mejor padre del mundo, GRACIAS POR CUIDARME Y POR CUIDAR A NUESTRA PEQUEÑA TAN BIEN.

Ahora que puedes, arréglate, sal y vive la vida

Durante el primer trimestre, casi no eres consciente del embarazo, aunque puedes tener esas molestias, totalmente normales y decidir que tu vida social ha de quedar en un segundo plano.

Pero a partir de la semana 15, que todo ese malestar empieza a desaparecer y tienes ese subidón de energía, mi consejo es que te arregles siempre que puedas, y que llenes tu agenda de eventos sociales, pues a partir del día en que tengas a tu bebé en tus brazos, tus prioridades serán otras. Arreglarte pasará a un segundo o tercer plano, y si le das pecho, muchas veces te sentirás un brick de leche y punto.

Por ese motivo, tanto tú como tu pareja, creo que deberíais pasar tiempo con amigos, y ya de paso, dedicarles una foto, pues pasará tiempo hasta que os volváis a ver con tranquilidad.

Para una misma, creo que con tanto cambio, y aunque todo el mundo te diga que estas guapísima,a ti no te lo va a parecer, por eso es bonito que te mimes, y si lo crees necesario explícale a tu pareja lo que sientes y que él te dé todos los ánimos del mundo.

Por último, y ya más cerca del día del parto, yo aconsejo ese último corte de pelo, y así ya estarás lista para no pisar una peluquería en un tiempo, el justo para acoplarte a tu nueva vida.

Y mientras no dejas de lado tu vida social, también puedes ir pensando en cosas como la preparación al parto, cosa que seguramente en tu centro de salud lo tengan organizado, y sueles empezar a asistir a partir de la semana 30, aunque si tienes muchas dudas, siempre puedes pedirle a tu matrona que te deje ir unas cuantas semanas antes.

El objetivo de estas sesiones es prepararnos a nosotras y a nuestra pareja (o la persona de apoyo que hayas elegido) para el parto desde un punto de vista psicológico y práctico, se tratan temas tan diversos que van desde la concepción del bebé, pasando por el parto (cosa que de normal es lo que más nos preocupa, pero que es, según mi matrona, un mero trámite y tan distinto como mujeres hay en el mundo) hablando también de la lactancia,  los primeros días en casa, y la reincorporación a la vida laboral.  Y en la parte práctica, además de compartir dudas, se suelen hacer ejercicios de respiración, estiramientos y relajación, muy apto todo para ese momento que nos aterra, el parto.

Yo ahora con la perspectiva del tiempo, os tengo que confesar, que en el momento solo pensaba en el parto, pero ahora le doy TODA la razón a mi matrona y pienso que sólo es un trámite que marca un punto de partida a muchas dudas, un sinfín de problemas (solucionables todos),  un mundo nuevo y distinto a cada momento.