Entre arreglar la habitación para el bebé, ir adquiriendo ropa (sin volverse muy loca que el embarazo es algo transitorio) y pensar en las cosas que nos deberíamos llevar al hospital, tanto para nosotras como para el bebé y bueno, para nuestra pareja, si realmente no queremos que tenga que salir mucho del hospital.
Y aunque, parezca mentira, nos plantamos en las semanas en las que el parto empieza a ser más que probable, ya que tanto se puede adelantar como retrasar. Vamos que todas tenemos la «fecha probable de parto» pero no esperéis que el bebé nazca ese día, pues solo lo hacen un 5% de los bebes y yo creo que por equivocación.
Lo normal es que el parto se produzca entre la semana 37 a la 42 cumplidas (si no se da un parto prematuro), así que por lo general y para que no te pille desprevenida yo te recomiendo que sobre la semana 35 tengas a punto la maleta para ir al hospital.
Las cosas que has de llevar cambian en función de si el hospital es de gestión pública o privada. En mi caso, nunca tuve dudas, a la pública, que, mientras siga existiendo en este país podemos decir muy alto que es la sanidad más completa con mejores profesionales, en la que (hablo por mi experiencia) ni a ti ni a tu bebé os va a faltar de nada.
Así que si optáis por la pública cosas como un camisón viejo para el momento del parto, pijamas para ti y tu bebé o pañales y compresas de maternidad durante tu estancia allí no te van a hacer falta, pues el hospital te lo proporcionará.
Ahora os contaré como me organicé yo, espero que os sirva y si veis que me dejé algo, por lo que pueda pasar, ¡completármelo!
Yo hice 2 bolsas.
La primera era una bolsa ligera pues cuando te ingresan bien sea porque el proceso del parto ha empezado, o como en mi caso, para inducírmelo, no sabes cuanto tiempo va a durar y puede que estés unas cuantas horas en la fase de borrado y dilatación, y lo primero que hacen al ingresarte es quitarte la ropa que llevas de calle y ponerte un camisón (en el caso de la privada te pones el camisón que llevas en tu bolsa) y a partir de ese momento tu acompañante arrastrará la bolsa allá por donde os vayan llevando, por ese motivo en esa bolsa llevaba:
- una revista para mi y otra para mi pareja (que fue la persona que elegí como acompañante)
- una baraja de cartas
- una pequeña bolsa de aseo con toallitas, cepillo de dientes y pasta y un vaporizador con agua para refrescarme
- mucho espacio libre para la ropa que me quité.
Esa fue la bolsa que gasté desde el momento que ingresé y empecé a dilatar hasta que me subieron a la habitación después del parto.
La otra bolsa si que era la que comúnmente llamamos «maleta para el hospital», hay que pensar que si es un parto normal en 2 días estaremos fuera y si es cesárea en 3 o 4. Así que en esa maleta fue donde preparé las cosas para todos hasta el momento de salir del hospital:
Cosas que puse para mi:
- Zapatillas para moverme por la habitación
- 2-3 sujetadores de lactancia
- Braguitas viejas y anchas
- Compresas post-parto (para el momento de la salida, pues cuando te dan el alta puedes necesitar llevar encima)
- Discos de lactancia
- Crema para los pezones (después de padecer de grietas recomiendo mucho «purelan» de medela)
- Ropa para volver a casa.
Cosas que puse para mi pareja:
- Cepillo de dientes y otras cosas de aseo, como gomina o las gafas y el bote para las lentillas.
- ropa interior para 3 días
- 3 camisetas de algodón
- Un conjunto de ropa deportiva
- Zapatillas para moverse por la habitación
Cosas para el bebé:
- Arrullo
- Un par de pañales, por si a la salida nos hubieran hecho falta
- Toallitas
- 2 monitos
- 2 conjuntos para salir del hospital (uno era por si acaso le hubiera pasado algo a la primera opción)
Otras cosas:
- cargador del móvil
- cámara de fotos
- Cartilla del embarazo, cosa muy importante, pues sin ella no te van a poder atender en el hospital, ya que ahí llevamos el seguimiento de todo el embarazo y dentro grapados los resultados de los últimos análisis, imprescindibles si te han de poner la epidural.
Tengo que decir que el momento de mi parto fue en verano, por lo que en una maleta pequeña (con ruedas, eso sí) lo pude meter todo, la verdad es que supongo que en invierno cambiará un poco más pero solo porque la ropa abulta más.
Una vez hecha la maleta, nosotros siempre la tuvimos en la puerta de casa y mientras esperábamos (cosa que hicimos bastante pues en la semana 42 mi pequeña seguía muy bien en la barriga y no tenía muchas ganas de salir) me dediqué a hacer los ejercicios de preparación al parto, los que sirven para facilitar la circulación y los respiratorios. A comer chocolate y a caminar muchísimo, para ver si así ayudaba un poco a que empezara el parto.
Pero como ya he dicho, en mi caso fue otra historia que contaré en otra entrada 😉