Grandes cambios después del parto vol II: la alimentación del bebé

Creo que una de las cosas que empieza a preocuparnos a todas antes de que nazca el bebé, suele ser su nutrición, pues todas hemos leído sobre que será mejor, nos hemos informado sobre experiencias de otras madres o simplemente hemos escuchado los mencionados anteriormente, consejos de todo el mundo.

Si estás embaraza y no te has planteado aún lo que harás, ves pensando cual va a ser tu opción, pues una vez tengas a tu bebé y después del momento del parto, no creo que tengas ganas de pensar en como, cuando, dónde y otros porqués de la vida en cuanto a su alimentación.

Además, en la primera cita con la matrona ella nos pregunta a todas: «¿piensas darle el pecho a tu bebé?», a lo que normalmente, se ve que todas respondemos: «si puedo, si».

Más tarde, durante las clases de preparación al parto, cuando toca el tema de la lactancia ella misma, nos explicó que es curioso, aquí en nuestro país se dice eso, mientras que en otros países se da tan por supuesto que esa pregunta les sorprende… ¿como no iba a poder dar el pecho?, piensan, y es que como mamíferos que somos, TODAS podemos dar de mamar a nuestras criaturas (solo hay poquísimas excepciones, como las mujeres que tienen el pezón invertido, 1% de la población)

Ahora bien, como todo lo bueno de la vida, no es cosa fácil. En mi caso, no me lo pensé, y lo intenté, pero como ni la pequeña ni yo sabíamos como era eso de «engancharse» pues nos costó, y no poco.

Para ver el mecanismo de la lactancia, os recomiendo que observéis la página de la liga de la leche, y tranquilas que si llegado el momento os veis con dificultades, podéis pedirles asesoramiento gratuito o bien dirigiros a vuestra matrona y asistir al taller de lactancia.

Ahora os contaré algunas cosas que debéis saber sobre la opción de la lactancia materna, que además de ser la mejor opción para el bebé tiene otras ventajas como por ejemplo, la comodidad de poder alimentarle en cualquier lugar, solo has de sacarte la teta y a comer ¡sin más espera!.También ayuda a que te encariñes con tu bebé, pues aunque te cueste, es una de las sensaciones más gratificantes que existen en la vida, y por que no te has de dejar un dineral en la alimentación, mientras mame… ¡todo corre de tu cuenta!.

Por todo esto, tengo que decir, que aunque te cueste por que la leche te sube tarde (los primeros días no es leche al uso, es un calostro que le aporta todas las defensas y nutrientes que el bebé necesita, la media de tiempo para la subida son 72h pero cada caso es especial y puedes tener la leche al primer minuto o al 4 día) porque no se engancha bien y aparecen los dolores terribles (grietas, mastitis, etc) vale la pena, pasar por todo lo que viviréis juntos tu bebé y tu.

La clave está en relajarse, cuidarse los pezones y aguantar el primer mes, luego todo vendrá rodado y será la sensación más magnífica del mundo.

Ya os digo que a mi no me resultó nada fácil, pues al tercer día la niña seguía perdiendo peso, y eso significaba que todavía no me había subido la leche. Además, me hizo unas grietas enormes y dolorosas, así que me costaba muchísimo ponérmela en el pecho, por esto fuimos al hospital de día al día siguiente del alta médica, (me habían dado hora antes del alta para ver como iba la pequeña) y me recetaron la ya famosa paciencia, que insistiera, que le diera unos días unos 30mm de leche adaptada, pues necesitaba una ayuda y cuando me subiera la leche ella sola dejaría esa ayuda, y una crema milagrosa, llamada purelan, que me curó en cuestión de días las grietas y pude por fin callar las voces interiores sobre lo bien o mal que iba todo y las exteriores que te dicen, no pasa nada si no le das el pecho, la niña va a estar bien y todos esos consejos, que hacen por bien, pero que si quieres intentar la lactancia materna no hacen más que agobiar.

De todas maneras, a todas las madres no les ocurre esto, sino que todo les va de categoría y la experiencia es fabulosa desde el principio.

Por otro lado, si tu decisión es no dar de mamar, tampoco hace falta que te tortures, la que ha de hacerlo o no eres tu, así que la que manda también eres tu, y si no puedes dar de mamar, podrás disfrutar igualmente del momento del biberón y no solo tu, también tu pareja o quien tu quieras, pues, esta opción te permite mucha más libertad.

En cuanto a los comentarios, vais a oírlos de todas las opciones, mi consejo es, toma los que consideres, da el pecho, o no, durante el tiempo que TÚ estés dispuesta y ¡olvídate del resto!

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En la próxima entrada el ¡último volumen de los grandes cambios! 😉

Grandes cambios después del parto, vol I: «los cambios en tu cuerpo»

Después de 40 semanas aproximadamente esperando, estaba claro que el fin no era el parto, todo lo contrario, lo que marca es el principio.

Como mamá, puede que no tengas ninguna sensación, creo que no es imprescindible sentir ese gran apego por la criatura que acabas de conocer ni sentirte, de repente, como una gran madraza. Eso ocurre, pero no siempre, y no debe preocuparte, el sentimiento maternal tarde o temprano hará su aparición y será maravilloso.

Como persona, piensa que el parto te ha sucedido a ti, así que lo del puerperio también te va a pasar a ti.

Como cada parto, cada recuperación es distinta, supongo, lo que os puedo contar es que el cuerpo vuelve en unos 40 días al estado anterior al embarazo, por lo que tenemos unos días (entre 2 y 6 semanas) unas hemorragias bastante abundantes, (loquios) que no es más que sangre, moco y tejidos del útero.

Al principio es como tener la regla, con algunos coágulos, yo me maravillé al verlos pues me parecieron ¡enormes!. Después cambia a un color rosado o marrón y termina como una sustancia blanca o amarillenta.

Mi consejo es que lleves siempre compresas especiales para después del parto, pues son mas gruesas y amortiguan los movimientos que puedas hacer, cosa que te vendrá bien, pues seguro que si el parto ha sido vaginal lo necesitarás.

Además puedes tener «Dolores postparto» o entuertos, que suelen ocurrir días después de haber dado a luz, si te han puesto la epidural, igual aparecen más tarde pues sus efectos pueden amortiguarlos.

Y pueden ser más comunes durante el momento de amamantamiento, pues la succión del niño hace que  segreguemos oxitocina lo que hace que la contracción del útero sea más rápida,y eso puede resultar molesto.

Pero no os preocupéis, si sentís que el dolor es insoportable, las enfermeras tienen paracetamol y nolotil para aburrir y hacer que no sientas esos dolores tan fuertes.

También pueden aparecer las Hemorroides y el estreñimiento.

El parto puede producirte hemorroides, es decir, varices en la región del ano. Intenta no frotarte mucho al limpiarte aunque estés estreñida, pues las hemorroides empeorarán, si tienes problemas con ellas lo mejor es ponerse cubitos de hielo para desinflamar.

También necesitarás una dieta alta en fibra y poder evitar así el estreñimiento.

Por último, puede que sientas algún grado de incomodidad en la zona perineal, como dicen los médicos, después de un parto vaginal. Que puede oscilar entre lo leve y lo insoportable, así que puede que necesites tomar algún analgésico.

Y si has tenido desgarros o te han hecho una episiotomía, en el hospital te indicarán como debes cuidarte la zona de puntos para que cicatrice bien, así como revisártelo con regularidad por si se infectara, pero vamos que lo único que has de hacer es limpiar la zona con agua y jabón y mantenerla lo más limpia posible.

He de decir, que aunque tu cuerpo realmente esté hecho un verdadero asco, tu cabeza está más en el tema del cuidado del bebé y claro la atención de las visitas, así como la formación de ese nuevo núcleo que ahora se llamará «familia».

Por ese motivo, y porque el tema lo merece he dividido los cambios en 3 volúmenes.

¡hasta la próxima entrada!

Después de 17 horas de parto