Reflexiones Navideñas

Ahora si que podemos decir que tenemos la navidad a la vuelta de la esquina… (no hace dos meses como algunos se empeñan en empezar a publicitar…)

Rara será la casa en la que no se planteen ya actividades, manualidades, compras, y comidas, muuuuuchas comidas.

La navidad siempre es una época que, como todas, tiene muchos adeptos y muchos otros que son detractores.

Creo que los detractores estarán en ese bando por el hecho de convertir una fecha señalada en una mera fiesta de consumo, en la que comer lo que no necesitamos, regalar en plan locura y otras tantas actividades, que para mi, poco tienen que ver con el «espíritu de la navidad».

Todo empezaba en el puente de la Constitución, ese era el fin de semana de arreglar la casa con el árbol, el belén y con nuestros adornos personalizados que mi madre y yo hacíamos (y que si fuera ahora estaríamos en la cresta de la ola con tanto DIY).

Las Navidades  en casa siempre se han celebrado con mucha alegría, recuerdo las ganas que tenía de pequeña de que me dieran las vacaciones para pasar mucho tiempo con mis papás o para subir a cenar en noche vieja a casa de mi tía, en la que cenábamos muchas cosas ricas y en la que personalmente me dormía de cansancio de tanto jugar con mis primos.

He de decir que esta noche no venía nadie con regalos… mi padre tenía una teoría de la procedencia yanky de ese hombre vestido de rojo y como buen señor de la tierra nos decía que si se atrevía a venir de una patada volvía volando al «polo norte».

Al día siguiente, sin hambre ni nada, porque habíamos cenado como reyes, nos íbamos a casa de mis iaios, allí más de comer (el típico puchero de navidad que tiene tantas cosas y que a mi primo pequeño le aparecía con fideos y ¡ya podía yo comparar platos que en el mío solo habían cosas de mayores!).

Era otro día genial, con villancicos y en familia.

Siempre lo recordaré como una buena época, además luego ¡nos daban estrenas! y eso alegraba la hucha personal :).

Luego mis padres volvían al trabajo y yo aprovechaba para hacer los deberes, hacer algún taller de los que ofertaban por el pueblo y si algún día se terciaba podía hasta ir a Expo Jove (en la feria de muestras).

Mira que intento recordar mis cartas a los reyes o los caprichos (que seguro empezaba a pensar con tiempo, por eso de la previsión y de pedir algo) pero no hay manera…

Yo solo recuerdo la ilusión, las ganas de estar en familia, las ganas de ir sitios, de ver todo decorado, de las sonrisas y por supuesto la ilusión de la Cabalgata de Reyes, la que en cuanto acababa marcaba la hora de cenar y a dormir… que al día siguiente tenía que levantarme pronto para ver los regalitos (mis primos aún recuerdan las horas a las que subía el día 6 a por ellos para ver los regalitos en casa… como dicen algunos madrugadores ¡las calles ese día las ponía yo!)

Vamos que tampoco es tan difícil pensar en la Navidad y emocionarse con las pequeñas cosas… por eso creo que el anúncio de Ikea ¡es genial! ¡lo han bordado! tiene toda esa esencia de los niños, todo lo que ellos quieren, y lo que a los mayores no les cuesta dinero pero si una buena planificación.

Supongo que no sería fácil para mis padres, creo que supieron hacerme sentir ese «espíritu», disfrutar de las cosas importantes, y sorprenderme con lo que los Reyes habían podido traer.

Por eso, desde que soy mamá creo que es importante enseñar las cosas importantes y disfrutar de cada momento, así que ya tengo alguna que otra idea para este año y espero que de aquí unos años mi hija piense en la navidad como una buena época, con alegría, con mucha ilusión y sobre todo ¡nos recuerde con ella disfrutando cada momento!

Os dejo el precioso vídeo #laotracarta ¡y a ver si sois capaces de verlo y no emocionaros!

Queridos Reyes Magos…

Ha sido dejar las nuevas celebraciones de monstruitos varios (que por cierto nosotros no hemos celebrado) y llegarnos el primer catálogo de juguetes…

Claro la niña ya se entera de todo, ya quiere y de todo ha de saber el «porqué?», ¿y que ha hecho? pues ojear rápidamente ese magnífico primer catálogo y pedir por esa boquita (no tiene una boquita muy grande pero ya va pidiendo ya)

Por eso hoy ha sido el día de explicarle que ella puede pedir, pero que se pide en la Carta a Sus Majestades Los Reyes de Oriente, y que ellos verán si se puede una u otra cosa, todo depende de ellos y del comportamiento de la pequeña.

Por eso, creo que ha empezado a hacer más caso y a decir «a nena buena», ¡todo sea por dejar constancia de lo buena que es! por muchas gamberradas que planee 😀

Por fin este año me he convertido en una de «esas madres» de las que explican y tienen un arma para que la pequeña se porte mega-bien

(la risa que me equeridos reyes magosntra es de aquella manera)

 

Pero mi pregunta es, ¿no va a ser demasiado tiempo dos meses largos de espera para el momento Reyes?, personalmente creo que puede que si, puede que los padres, y más hoy en día, debamos planificar con un poco más de tiempo los regalitos de los peques, por eso de la planificación del gasto familiar, pero ¿es necesario que ellos empiecen a pedir y consumir YA?

Solo veo claramente y desde el lado de los padres (por primera vez) este complot consumista y lleno de tradiciones que ni siquiera lo son, no me entendáis mal, no hablo de la navidad, hablo de que llevamos inundados de cosas para el tan famoso Halloween desde hace un par de meses que enlaza directamente con muchos juguetes, fiestas navideñas, y un largo etc siempre basado en el consumo… no me extrañaría ver en unos días como nos invitan a celebrar el Día de Acción de Gracias (o Thanks Giving) ¡y ya estamos todos!

Termino diciendo que no soy de las que además se queja porque no le gustan las fiestas, NUNCA, ¡me encanta la navidad! me gusta disfrutar de momentos en familia, recuerdo como durante el puente de la Constitución (el 6 de diciembre) poníamos a punto la casa para poder decorarla con todos los adornos, diferentes cada año y por supuesto con una combinación temática (vamos ríete tu de pinterest teniendo a mi madre como cabeza pensante y combinante) con millones de adorno hechos por nosotras con materiales de lo más diversos (el ahora DIY pero en modo de aquí, del de toda la vida y en nuestro idioma).

Y si sigo recordando, recuerdo que siendo de familia de clase media, con todos los apuros que hubieran, el día de reyes era un día muy especial, con muchos regalos para todos y mucha ilusión.

Por eso yo creo en la planificación, para que mi niña disfrute igual que lo hice yo (o más) pero no creo en el bombardeo, de hecho este año he hecho un propósito, habrán más regalos hechos o terminados por nosotras y siempre que pueda compraremos en las tiendas del pueblo o a artesanos, pues igual con lo poquito que pueda aportar no solo mi familia tendrá ilusión.

comprar en pequeño comercio

Y vosotr@s, ¿que pensáis? ¿os planificais? ¿vuestros hijos piden desde ya sin esa preciosa «amenaza» del si no eres buena «na de na»? Y por supuesto ¿pensáis que es bueno comprar los regalos y todo lo que vayáis a consumir en estas fechas navideñas en grandes superficies o en pequeño comercio local o artesanos?

¡Espero vuestras aportaciones!